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fi íflunbo DoportI
Un campeón que juega como campeónun presunto colista que se mueve
O?
re el terreno como tal. Un delantero
centro de una vez, dos alas que, sin ser
lo que fueron, siguen contando entre
los mejores; un portero que no acierta,
ni por casualidad, con el blocaje, y goa?
les, muchos goales. Decimos demasianos
goales porque a nosotros, si fl9s gustanles goales, tenemos una especial predi
lección para los absolutamente inevitsbles,
y muchos de los tantos que se marcaron
ayer tarde, ni aun con la mejor buena
voluntad, pueden entrar en tal categorsa.
Desde luego el Español ganó hien.
Ganó fácilmente y también merecidamm?
te, Acaso el margen parezca muy eleva-
do a algunos; a nosotros, en verdad que
después de haber visto el partido no he?
caos de estimarlo así
Nadie estfe libre de una mala tarde de
su portero ni, sobre todo, nadie puede
evitar que en Ciertas ocasiones el bando
rival llegue a jugar maravillosamente al
fútbol, al mejor fútbol que puede ju
gane.
Es esta la mejor excusa que cabe opo.
ser a la derrota copiosísima del Dada?
ana.
Porque realmente el Espafiol jugó al
fútbol por todo lo alto. Buen fútbol. Fúr
bol de gran clase. Fútbol de campeonato
y 5 la vez de una calidad técnica indis?
:utible.
No es sólo el score lo que quedará co?
o recuerdo del partido de ayer: es la
lanera cómo los tantos fueron lograuos,
algunos de ellos de una belleza formida?
)le y de una magnífica precisión.Es cierto que a Pericás le metieron
antos que podían haber sido evitad.s,
ero no lo es menos que, en cambio, se
;olaron otros por su meta de los abo?
utamente inevitables, de los que nos gua?as a nosotros y gustan a todo el inundo.
Hubo muchos goales, pero algunos ver-
laderos modelos en su género, y no?reo que nadie, ni aun el más obcecado
adalonista, saliera del terreno descon?ento del espectáculo que le fué dado
resencias r.
Vimos el clásico remate del delantcro
entro en ocasión del primer tanto. Una
raravilla de pase de Prat, que Chas re?
ogió con estilo y maneras, lanzando uno
e esos tiros macizos, potentes, llenos,
se sólo muy de tarde en tarde se ven
5 los campos de fútbol.
Vinioa el remate de cabeza saltando el
agador con arreglo a todos los cánonos,oblando el cuerpo en el aire y man?
ando el cuero fuera del alcance del por?
aro. Betancourt, en el segundo tanto cm-
aóo, nos sirvió esta bella estampa de
itbol clásico, y antes, aunque con me?
os perfección, nos la habían servido Es?
ada, rematando un comer, y Albella.
Nos fué dable también presenciar ese
omento de inspiración de un delantero
entro, en que, cuando todos esperan la
agada por la derecha, él, en un aiar..e
P dominio del balón y de intuición .lc
L jugada, larga el pase perpendicular, ceido., forzado y obligando al extremo, por
. lado contrario; y vimos a Bosch, nsag?ifico ejemplar de extremo en una buc
a tarde, recoger este pase por pie, :rla
anando lentamente, centímetro a cen
etro, el terreno al defensa adveisarso
ara finalmente lanzar uno de esos tiros
minados, prodigio de colocación y deguridad, contra los que nada puede el
artero.
Eicicietas