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El gran espectáculo del fútbol está,naturalmente,. dominado por
las super?estrellas., en el campo de la populari
dad. ¿Quién, que no haya visto jamásun partido, no conoce los nombres de
Zamora Sarnitier, Kubala Di Stéfano,Puskas, Pelé o Cruyff?
El ídolo forma parte integrante del
propio boom. alo?m?pédico. Inclusocuando no l hay, nos esforzamos en;1]
I fllunbo;0]
crearlo, no por puro espíritu especulativó, sino con el buen deseo de en
contrar aquella figura que ?sepa polarizar el entusiasmo de la afición y
crear nuevos adeptos ?al dporte.
Sin embargo, se ha dicho, y conacierto, que un ?idolo necesita respal
dos, El fútbol es un ?juego de asocia
ción en el que sólo la conjugación deesfuerzos y de. tareas conducen a la
meta. Un ?gran jugador no lo es todo,por grande y genial que sea. Se preci
san, pues, los compañeros sacrificados,ilustres desconocidos algunas veces,
cuyo recuerdo se pierde pronto en la
mente del ?hincha.., pero cuya aportación puede ser muchas veces decisiva
y siempre necesaria.Esa pléyade de sacrificados, humil
des en sus propias limitaciones técnicas. integra la masa de los futbolistas.
Son en su mayor parte honestos pro-fesionales, llenos de amor propio, en
sombrecidos con frecuencia por las ra
diantes estrellas que fulguran. su alrededor, pero resplandecientes, dentro
de su modestia, de voluntad y de afa
nes de superación.Manuel Clares pertenece a ese gru
po de jugadores a los que la gloria dea fama legendari5 les está negada y
que, conscientes de ?ello, buscan la
compensación en una entrega total y
absoluta rozando casi en la abnegación.
Su propia vida deportiva ha sido un
encadenamie?to de pequeñas frustraciones, Hijo del conserje del At. de
Madrid no consiguió ver concretadas
sus ambiciones de jugar en el cuadrorojiblanco, cuando tenía 17 años, Ma-
duró física, técnica y, sobre todo psi
cológicamente, en el ?Getafe y después
en el Gandía, dos clubs de Tercera División. De allí saltó al Castellón, don
de su nombre comenzó ?a sonar confuerza cómo fácil goleador .En 1973 una
operación en el menisco «congeló su
traspaso al Barcelona con el que soñaba Fue? un nuevo ?gdlpe sus ilusio
nes.
Es maravilloso que Clares haya con
seguido forjar en los mismos eslabo
nes de sus infortunios esa fe que
mueve montañas. Ha sido siempre un
enamorado del fútbol, un chico serio,aplicado, consciente de lo que se es
pera de él, un compañero ideal, el hom
bre qu.e nunca crea problemas y que
ha hecho de? la disciplina una virtud
fundamental. Y ha acabado encontrando su premio,
Inéluso sus primeros pasos en el
Barcelona no resultaron fáciles. Se le
discutía, era centro de polémicas, seresaltaban sus defectos y se desdibu
jaban sus cualidades. Era para muchos
el tope de la compañía.
La temporada última, con Weisweiler,
sólo jugó 8 de los 34 partidos de Liga,
Su horizonte parecía sombrío. Pero ni
siquiera en esa fase amarga para él,con los negros nUbarrones del traspa
so cerniéndose sobre él, Clares des
mayé.
Su resurrección ha sido pasmosa. El
torpe de la compañía ha resultado sumejor soldado de ataque. Y con sus
cinco goles del domingo contra el Va
lencia ?no sólo se ha convertido en el
máximo realizador del Campeonato, si
no que ha hecho historia. Cinco golescontra un rival que venía con la con
dición de líder, es algo como para qui
tarse el sombrero. El público esperaba
ver a los bombarderos levantinos
?Diarte y l