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Pág. 4 EL MUNDO DEPORTIVO Jueves, 1 de diciembre de 1983
CERWc?ERoSi
? 1816
.J.?,_.
Ya va para unos años que experi
mentamos una insidiosa y acentuada sensibilización que tal vez merez
ca el calificativo de «alergia vasca».Y he aquí que el fútbol, esa cosa
mínima, tangencial e insignificante,
tampoco ha escapado al contagio
de ese proceso alérgico que se
proyecta sobre ámbitos y esferasmucho más importantes.
Sin saber el porqué ?o tal vez
sabiéndolo, pero no nos da la gana
de mencionarlo? resulta que también el fútbol vasco, el fútbol vasco
actual, ha perdido para nosotros la
difusa sugestión cordial que antañoposeyera, amparado en un aura de
leyenda que nadie podía discutirle,
en exclusivismos que todos respetábamos e incluso admirábamos y en
una comprensión e identificación
profundas con aquello que es másesencial en el espíritu deportivo.
Eran otros tiempos... Hoy el fútbol
vasco ?o digamos mejor el bilbaíno,
circunscribámonos? ya no respondeen absoluto a esa imagen posible
mente idealizada. Y no es ya sólo
que no responda, sino que presenta
un alarmante proceso de falsificación y de grotesco endiosamiento,
que casi le convierte en la antítesisde todo lo que había despertado
nuestras simpatías.
Mucho preámbulo, excesivopreámbulo sin duda, para acabar
diciendo que esta noche nos hemosencaminado al eCamp Nou» malhu
morados, a presenciar ?la obliga
ción es la obligación? la segundafase de esa confrontación denomi
nada Supercopa, que en su primera
mitad y en medio de un clima de
tensión indescriptible ?sobre cuyasmotivaciones tampoco nos? da la
? En el minuto inicial, los visitan
tes, a la salida del primer córner de
la noche logran inaugurar el marca
dor ?inaugurar y clausurar podría
mos decir? circunstancia que aporta
un nada desdeñable refuerzo al cli-rna ya poco grato de la contienda
por cinrcunstancias de sobra conocidas.
El Athletic plantea un partidonormal ?de campo contrario con
Endica simbólicamente sacrificado
en punta de ataque y sólo apoya en
largas intermiténcias por J. Salinas.El resto del equipo se aplica a una
labor de contención, vehemente y
un tanto crispada, en el haber de lacual debe anotarse la buena forma
física y la vivacidad en todas las
acciones. Estimulados por el
ambiente que ha rodeado el«match)), por ese vitalismo racial del
que tanto se ha hablado, o tal vez
?de todo hay en la viña del Señor?
por el señuelo de una prima extra, si
algo no puede regateárseles a los
.hombres que integraron el conjuntovisitante, es que iban sobrados de
estímulo, de eso que ahora se ha
dado en llamar mentalización. Espresumible ?entramos en el terreno
de la hipótesis? que el Bilbao no
haya jugado en todo lo que llevamos de temporada 90 minutos tan
voluntariosos y corajudos.
Su adversario, sin ser inservibleal pique, no estuvo al mismo nivel
en ese aspecto. Y el impresionante
derroche de combatividad de
Migueli, Carrasco o Sánchez, anduvo por un diapasón mucho más ele
vado que el de sus compañeros,
más bien un tanto empeñados en
patentizar superioridades técnicas
que, caso que existan, raramenteprevalecieron o, en todo caso no
resultaron operantes.
Pese a todo el match tuvo
momentos de una gran tensión y siel virtuosismo no asomó por ningu
na parte, no se puede negar que el
espíritu de lucha apenas si sufrió
más desmayo que el de los últimos
minutos y ya por raz,ón, lógica, de
agotamiento porqué si algo nadiellegó a pensar ni por asomo, fue en
Ja conveniencia de dosificar esfuerzos o de serenar y ordenar el juego.
Todo lo contrario. Vimos una exhibición ?porque exhibición fué? de fút
dol tumultuoso, pasional y enfebre
cido, que a los amantes de losespectáculos fuertes y de la sangre
cruda no pudo en buena. teoría,
.___. w ww?
Un gol en frío
de Eaidica,
obstá.
para el .Barça
En este lance se
lastimó el portero
vasco Zubizarreta,
aunque al final el
lesionado sería
Julio Alberto
gana de escribir nombres propios?
se resolvió en el histórico «SanMamés» con una lección de fútbol
blaugrana y un tanteo explícito (1-3)
que condiciono, qtriérase o no, la
segunda y resolutiva fase de esta
noche.
Un gol enfrío
que bastó