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por razones técnicas?, que no paraun Barca handicapado por las au
sencias.
Quizá el peso de las bajas y laapremiante necesidad de obtener un
resultado positivo cara ala vuelta delpróximo día 30 en el ?Camp Nou? hi
cieron que Terry Venables se inclinara por dar entrada a Moratalla en el
centro del campo, recordando subuena actuación en Bilbao. y pasara
a Marcos a formar pareja atacantecon Clos en detrimento de Carrasco,
que ni siquiera estuvo en el banquillo.La estrategia no le salió mal a los
azuigrana, aunque no repitieron, ni
de lejos, la vibrante prestación deSan Mamés. Pero ¿1 menos se basta
ron para controlar a un Atlético grisá
ceo, en elqueQuique Setién, del quecuidaba Moratalla, fue una sombra.
La defensa barcelonista, en la quereapareció M.igueli cumplida su san
ción, pasó por contados momentosde apuro. Sendos cabezazos de Ma
rinay Quique Ramos, que se perdie
ron fuera, fueron las ocasiones ?colchoneras? antes de que la testa de
Paco Clos, limitado pero valientecomo jabato y hoy un ?fajadór? que
no le volvió la cara ni un segundo alterrible Arteche, acertara a batir a Fi
llol, cuando transcurría el minuto 32.Récordando los goles decisivos de
Clos, con la selección, o con el Barcaen Praga sin ir máslejos, hubo quien
pensó en ese instante que esa victoria que pedía ?a priori? Venables
para recuperar la confianza y lenvanlar vuelo iba a llegar al fin. La ilusión,
sin embargo, se desvaneció pronto...El Atlético, encoraginado por el
tanto y sin claridad de ideas, recurrióentonces a las brusquedades, a- la
camorra... y los azulgrana cayeronen la trampa. Clos se las tuvo con Ar
teche, la tensión comenzó a enseñorearse del césped. Los rojiblancos,
sabios en estas tesituras, proporcio
naban todo un aldabonazo a Amador en el minuto 38, cuando el porte
ro gallego tenía que salvar prodigiosamente un cañonazo de Rubio. Y
sólo dos minutos después, llegaba el
empate, increíble, inconcebible,inexplicable como cualquier aficio
nado podrá comprobar viendo lasimágenes por televisión. No es cues
tión de cargarle el mochuelo de la derrota totalemente a Alesanco, pero
resulta innegable que sin ese fallo y elconsiguiente 1-1, el rumbo del parti
do habría seguido probablementeotros derroteros.
Los córnere y los árbitros
Acabó mal el primer tiempo para elBarca y nó pudo comenzar peor la
reanudación, puesto que apenas sellevaban seis minutos cuando el Atlé
tico se había adelantado ya en elmarcador. Fue, iay Venábles!, otro
gol propiciado por un saque de esquina. Como el 2-1 en San Mamés o
el 1-2 de Osasuna, por citar ejemploscercanos. No se entiende que el por
tero y la cobertura barcelonista noestén más atentos en estos lances.
Quizá pecaron de preocuparSe demasiado de Arteche... y se olvidaron
de Ruiz, que completamente solo,casi pisando el área pequeña, cabe
ceó a las mallas. Pero lo más incomprensible es que más tarde, cuando
el 3-1 campeaba ya en el marcador,
el propio Ruiz, también tras el saquede un córner, volvió a cabecear.., ial
poste! Unos lapsus y unas deficiencias de maracaje que deberán corre
girse de inmediato si el Barça, paracuyos rivales los córners siguen sien
do ?medio gol?, no quiere sufrir muchos disgustos a lo largo de la tem
porada.Pasar do una ventaja mínima a ver-
se con el 2-1 fue todo un golpe paralos barclonistas. El equipo azulgra
na derrochaba voluntad, lucha y nose arrugaba, pero faltaba orden en
sus acciones y. delante, no existíaprofundidad. Qulérase o no, Schus
ter y Archibaid son jugadores de unaimportancia capital, mucho más
cuando, como en estos instantes lesucede al Barça, todo le sale al revés.
El esfuerzo de Víctor y Calderé en elcentro del campo resultó baldío y el
juego de fricciones hacia el que denvó demasiado a menudo el partido,
muy perjudicial para los interesesbarcelonistas. En los diversos ?ma
remagnums? que -se sucedieron yque el colegiado navarro-riojano Ma
rín López nunca supo atajar, el qu
acabó sacandó tajada fue el Atlético, hábil pescador en aguas revuel
tas.Claro que hay que decir también
que Luis Aragonéa supó mover mejor sus peones de refresco que Terry
Venables que, pese a observar que elequipo no funcionaba, no realizó nin
guna sustitución. Luis, en cambio,
pvso en liza a ?Polilla? da Silva y eluruguayo llegó y besó el santo con un
gol que puede dictar sentencia. Aunque lo cierto es que, tal como hemos
visto al Atlético, remontar no sería tarea imposible para un Barça en la lí
nea del año pasado. Pero lo malopara los azuigrana ylo que está hipo
tecando gravemente su actual campaña es que, arbitrajes deplorables y
suerte infausta a un lado, cualquierparecido del Barca 85-86 con el que
arrolló en la Liga es pura coincidencia...
Jueves; 10 dePág. 4 EL MUND?O DEPORTIVO
Súpercopa?
OTRO ARBITRAJE POLEMICO EN UN PARTIDOPLAGADO DE BRUSQUEDADES
Los goles de Cabrera, Ruiz y Da Silva ponen muy cuesta arribala vuelta en el Comp Nou ; ?
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