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Los brasileños pecá ron de creer
que con e/nombre se ganan parti
dos. Argentina y su portero Goy
cochea les apa rtaron, otra vez, de
una competición. Sucedió igua/
que en el Mundial de /talia. En e/
Brasil de la Copa América, eso si,
fa/ta ron hombres como Bebeto,
Mauro Silva, Careca o Rai: o sea.
el armazón, los cimientos.., el
equipo. Va/ga una frase de Bebe
to para ilustrar/o: ?El verdadero
Brasil empieza a jugar cuando
El sello pérsonal de Basile
marcó el camino de un
equipo imbatido que yaha
hecho el ?doblete?
metense en la piel del hin-
por las venas abiertas del;1]
Los seis magníficos;0]
EQUIPO I1TULO AÑOS
Atgentina 14 1921,25,27,29,37,41, 45,46,47,
55, 57, 59.. 91y93
Uruguay 13? 1916, 17,20, 23,24,26,35,42, 56,.
59, 67, 83 y 87
Brasil 4 1919,22,49y89
Paraguay 2 1953y79
Perú .2. 1939y75
BolMa 1 1963
Los chilenos fueron
capaces de ganar a
Brasil para caer des
pués ante Perú. Tenf
an muchas esperan
zas en este torneo
(no debe olvidarse
que siguen sanciona
dos por la FIFA, y no
podrán jugar las eli
minatorias del Mun
dial-9.4). Fueron los
de siempre.
exigido, una motivación
especial para cada em
prendimiento y una cuota
de fortuna de acuerdo a
lo que arriesga, parecen
ser las características prin
cipales de este equipo
dispuesto a todo.
?La imbatibilidad no es
ma: el respeto por el res
peto a sí mismo. Es decir:
hay instrumentos y músi
cos, falta afinar la partitu
ra.
Argentina es nueva
mente la reina de Améri
ca. Doblete continental. Y
no es poco en tiempos de
tanta sequía. Arriesga y
gana. Casi siempre gusta.
Otras veces, no tanto. Pe
ro existe. Duele. Llega. Vi
bra. Es protagonista prin
los que ent renta intentan,
14di TEXTO CARLOS SONELLI ? FOTO AP
e dicen Coco. Desde hace años. Con ver
lo, uno se puede dar cuenta del porqué.
Con conocerlo un póco.,. ujpuede co
rroborar al instante que no sólo es por el
tamaño no demasiado pequeño de su ca
beza: Alt io Basile es, tal vez, el abanderado dé los tes
tarudos. ?Pero no como vidrio?, repite hasta el cansan
cio este entrenador tan peculiar que ya dejó en la his
toria un hito para que se
hable de su equipo por los
sigtos de los siglos: 31
partidos mv icto. Casi na
de ir para adelante, de hacer respetar las horas de vue
lo de un avión que sabe de batallas ganadas.
Muy buen manejo de balón con Redondo como
ejemplo universal (llamado a onvertirse en el gran ju
gador de los años 90), intérpretes con mucho recorrido
y subidas al escenario (desde los más viejos, como Rug
gen, hasta los jóvenes-viejos, como Simeone y Fabián
Basualdo), jerarquía, un estado flsico siempre al nivel
da.
Que se hable por los si
glos de los siglos es la
gran virtud, hasta hecha
capricho, que parece em
pecinado en llevar adelan
te este equipo de Basile:
en muy poco tiempo logró
cha llegando a su corazón
INTEQ
lHCIAL
ri
6Li!?
fútbol que más gusta, bastante obturádas por una se
lección argentina que habla llegado a tocar el cielo en
México-86 de la mano de bios y después se fuedes
moronando cuando tocó la tierra llegando a otra final
mundial en ltalia?90 gracias a los guantes de Goyco
chea, obsesivo en atajar penaltis y en salvar a un equi
po que hacia agua por todos lados,
una carga, y si se quiere
es una hermosa carga?,
suelen decir la mayoría de los jugadores influenciados
por la convicción de un entrenador que prometió viajar
a Ecuador ?con muchos suplentes, para probar? y ter
minó can todos los titulares, ?porque siempre hay que
intentar ganar y, bueno, uno dice que no se va a calen
tar, que no le importa, pero hasta los propios jugadores
se matan por ju.gar todos los partidos?. Código de Ba
sile y, ahora, de su gente. De un equipo que sigue bus
cando su mejor instrumentación futbollstica, su mejor
manera de ser, aunque ya tiene una gran ventaja encigritar a los cuatro vientosNo es ninguna novedadque este equipo es el
equipo de Basile, del Ca
bezón Ruggeri (estandar
te de aquel campeón del
86 aún vigente, aún pie
dra fundamental), del
Cholo Simeone (ganador
por dinámica y personali
dad, por ese ir y venir ge
neroso, que no conoce de
reservas), de Leo Rodrí
guez (que se agranda de
una manera increíble con
la celeste y blanca), del
Satigol y del Cani (una dupla delantera que sólo sabe
lastimar redes pero que sigue esperando encontrar su
momento), y ahora, desde esta vuelta de honor de
América que se repite en Ecuador como hace dos años
en Santiago de Chile, de Goyco, portero de patología
declarada a la hora de desflecar todo intento desde los
doce metros que separan la portería del punto fatídico.
Este equipo juega bien, con todo lo que ese verbo
implica para el paladar argentino. Por lo menos lo in
tenta, y también aprendió a sufrir cuando no le sale,
como ocurrió en gran-parte de esta Copa América ga
nada más por oficio, por historia (el primer puesto nú
mero 14 que lo coloca en la cima continental) y por te
ner esa materia prima que siempre desequilibra, y mu
cho más cuando desde el banquillo se imparte la orden
cipal de una película donde
por lo menos, sacarse la foto para el recuerdo, para el
álbum.
Este equipo ya ha hecho historia con otra gran ven
taja: tiene toda la historia por delante de sus narices. Si
le sigue dando la cara al fútbol se auguran más y mas
sonrisas. Tiene cuerpo y alma de campeón. Aunque no
lo diga, en su vientre lleva un niño grande que no sabe
cómo reeducar. Se llama Diego.
Si Maradona se anima a parir los últimos gemidos de
fútbol que le quedan podría anunciar su adiós definiti
vo desde el altar. No es una expresión de deseo. Ni una
locura. Sólo falta una decisión personal que no desarti
cule el colectivo. Sería otra muestra de grandeza de es
te equipo que ya es grande.
Brasil y su experimento fallido Chile, saboragridulce
acaba la Copa América?. Parreir?
experimentó y la probeta acabó
estallándole en sus manos. La ?tor
cida? no le perdonó su eliminación
ante los argentinos y pidió su ca
beza. El auténtico examen de los
brasileños será la fase previa del
Mundial de Estados Unidos, en
agosto. Cafú, como de él se espe
raba, destacó con luz propia. El
Madrid ha acertado con su ficha
je. porque el carrilero derecho del
Sao Paulo es un jugadorazo.