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SANT! DURÁN VALENCE
uando pegó el tirón subiendo Les
Arc y superó a Garmendia, que su
bía entre algodones a un Zülle ya un
Indurain ya con el gancho al cuello, el quíntu
pIe ganador vio esa luz blanca tan odiada
que dicen que se aparece en las ?pájaras?. Zü
Ile aguantó un poco, sólo un poco, y también
vio esa luz. Jan Ullrich, 22
años, nacido en Rostock(an
tigua RDA) depadre albañil y
madre secretaria, se ha con
vertido en l gran revelación
de este Tour. Sexto en la ge
neral a 1 ?38? de su compa
ñero Bjarne Rijs, fue en
1 987, a los 13 años, cuando
tomó conciencia del ciclis
mo profesional, con ocasión
de la salida del Tour en Ber
lín. Educado bajo las rígidas
normas de un sistema comu
nista, el joven Jan no enten
día la profesionalización del
deporte. ?Mis héroes eran
los amateurs del Este; no entendía que un de
portista se moviese por dinero?. Justo como
sus compatriotas Raab yLudwig.
>- LAS PUERTAS DEL CIELO
Fue en el Mundial de Oslo, en 1993, cuando
se le abrieron las puertas del cielo al ganar la
prueba amateur. Hasta ese momento se ha
bía distinguido por su gran fuerza, inversa-
Con sólo 22 años1 este corredor
nacido en-Rostock (antigua
RDA), de padre albañil y madre
secretaria, se ha convertido
en la gran revelación
mente proporcional a su estrategia. Había
que pulirlo. Walter Godefroot, director de
portivo del Telekom, se fue a buscarlo la mis
ma. noche al hotel de la selección alemana.
Sé lo llevó a un rincón y le dijo: ?Te van a llo
verlas ofertas. Escucha la mía: te pago todo
un año sintener que ir a ningún equipo. Coge
a Gaby (su novia) y vete a Suráfrica. Sal de
Alemania, conoce la vida occidental y, cuan
do vuelvas, volvemos a hablar del tema de
ser profesional de la bicicleta?.
A Ullrich le gustó la idea. En el 94 descu
brió la vida fácil, los coches deportivos, las
juergas y el ?laissez faire?. Pero, educación
espartana obliga, no olvidó la disciplina, el
sacrificio, el trabajo para llegar al objetivo
que se había marcado. Tenía que seguir su-
biendo; no valía ni mantenerse ni retroceder.
Volvió con su amada Gaby ??tiene una
enorme influencia positiva sobre él?, asegu
ra Godefroot? y se instaló en Merdingen, pa
red con pared con su amigo Dirk Baldinger,
corredor del Polti. En su primer año de profe
sional, Godefroot le dio las instrucciones mí
nimas. Le dejó hacer según su libre albedrío.
Ganó el campeonato alemán de contrarreloj
y fuecuarto en el de ruta. Ya
sabía lo que era correr en
profesionales; descubrió
que muchas veces la fuerza
no lo es todo. Había empe
zado el proceso de educa
ción. El pasado invierno fue
duro para Jan. Entrenó como
nunca sin saber ni cómo ni
cuándo iba a sacar los bene
ficios, si es que los obtenía.
Su inicio de temporada
fue regular. Puestos discre
tos: cuarto en Haribo, terce
ro en Haut Var, segundo en
una etapa de la Vuelta a Sui
za y, su mejor resultado, se
gundo en el Campeonato de Alemania. Y lle
gó la renuncia a los Juegos y también la hora
de la alternativa: el Tour. Arribó sin comple
jos y con una filosofía atrevida: ?Vengo a
aprender pero también a dar el máximo. Es
mi primer Tour; no tengo nada a perder y
mucho a ganar?. Pero es ahora cuando le
asaltarán las dudas. Ese privilegiado puesto
en la general puede volverle conservador.
No lo cree así Godefroot. ?Jan ha trabajado
mucho por estar aquí. Ni yo, ni él, ni nadie co
nocemos sus límites?.
ALTA MONTAÑA, LA DUDA
Cada noche, Ullrich se encierra en la habita
ción que comparte con Jéns Heppner. Juntos
Tras su triunfo en el Mundial
amateur de 1993, Godefroot,
técnico del Telekom,le fichó
con un curioso trato: le pagó el
primer año sin hacerle correr
repasan el perfil de la etapa del día siguiente
y Heppner le explica el tipo de puertos a su
perar y cómo comportarse en carrera. La alta
montaña era su única duda. Pasó los Alpes
con los mejores, pero eso aún no quiere de
cir nada. Godefroot dice que ?pasa bien la
media-montaña pero cuando ha de meter el
piñón de 20 dientes es una incógnita. Fun
cionó en los Alpes pero todavía es joven y
está por curtir?.
Í ES
-
PORTS ROBE
AL SERVEI DEL ESPORT
RT -
d? AVDA.MERITXELL, 118 ? ANDORRA LAVELLA
) Peter Weibel, el seleccionador nacional alemán de ciclismo, le
puso la disyuntiva a Jan Ullrich delante de las narices hace poco
más de un mes: ?Cuento contigo para los Juegos de Atlanta con
una única condición: no vayas al Tour?. Ullrich no se lo pensó
dos veces y le respondió que se fuese buscando a otro. Para un.
profesional, el Tour de Francia es la cita más importante
20
12JUL
1996
1
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uLLRICH, SIN NADA QUE PERDER. Su director, Walter Godefroot, afirma que nadie
conoce los límites de la joven revelación alemana, un filón a explotar ? FOTO: PERE PUNTÍ