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MUNDO DEPORTIVO Jueves 27 de mayo de 2004
Mónaco-Oporto
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MÓNACO OPORTO
Roma L50130L50130 Vítor Baía L50130L50130L50130
Ibarra L50130L50130L50130 Paulo Ferreira L50130L50130
Givet L50130L50130L50130 Jorge Costa L50130L50130L50130
Rodríguez L50130L50130L50130 Ricardo Carvalho L50130L50130L50130
Evra L50130L50130 Nuno Valente L50130L50130
Bernardi L50130L50130 Costinha L50130L50130L50130
Zikos L50130L50130 Deco L50130L50130L50130L50130
Edouard Cissé L50130L50130L50130 Maniche L50130L50130
Rothen L50130L50130L50130 Pedro Mendes L50130L50130L50130
Giuly s.c. Carlos Alberto L50130L50130L50130L50130
Morientes L50130 Derlei L50130L50130
Sustituciones: Prso (1) por
Giuly (23'); Nonda (1) por
Edouard Cissé (64');
Squillaci (1) por Givet (72')
Sustituciones: Alenichev (2)
por Carlos Alberto (60');
McCarthy (s.c.) por Derlei
(79'); Pedro Emanuel (s.c.)
por Deco (85')
Entrenador: Entrenador:
Didier Deschamps L50130L50130L50130 José Mourinho L50130L50130L50130
Goles: 0-1, Carlos Alberto
(39')
0-2, Deco (71')
0-3, Alenichev (75')
Estadio: AufSchalke Arena
Espectadores: 53.053
Tarjetas amarillas:
Nuno Valente (29')
Carlos Alberto (40')
Jorge Costa (76')
Árbitro: Kim Milton Nielsen
(Dinamarca) L50130L50130
L50130 Mal L50130L50130 Regular L50130L50130L50130 Bueno
L50130L50130L50130L50130 Muy Bueno
Francesc Aguilar
E
l Oporto llevaba 17 años es-
perando lograr otra Copa de
Europa. La única que tenía
la obtuvo en una noche histórica
de Paulo Futre en Viena que deci-
dió una genialidad de Rabah Mad-
jer, quien batió a Jean Marie Pfaff
de tacón, aunque luego fuera Jua-
ry el autor del legendario 2-1 final.
Los seguidores 'dragoes' no han
olvidado aquella jugada del crack
argelino. Por eso, antes de empe-
zar desplegaron una pancarta gi-
gante en que la recordaban. Esta-
ban seguros de que alguna geniali-
dad de sus cracks le podía otorgar
la Champions anhelada. Y así fue.
Esta vez el héroe fue un joven
descarado que llegó del Fluminen-
se con 19 años para sustituir a De-
co, cuando se vaya a final de tem-
porada, pero era tan bueno que
empezó jugando fuera de su sitio,
de atacante, por la lesión de Derlei
y se quedó de titular. Quien rema-
tó la faena fue Deco, un hombre de
tanta calidad que ha hecho grande
al Oporto y quizá hasta se vaya
con Mourinho al Chelsea. Su gol
fue de crack, de talento del fútbol.
Su ejecución fue de maestro, dig-
na del mejor Maradona, con un
quiebro y un remate de futbolista
de técnica privilegiada.
Mourinho explicaba antes de la
final que no creía que ni su equipo
ni el Mónaco lograran ganar por
3-0. Se equivocó y seguro que no le
sabe mal. Su conjunto fue muy su-
perior a un Mónaco que acusó su
inexperiencia en esta clase de par-
tidos. Sí acertó el técnico portu-
gués en predecir que para ganar
una final debes controlar tus senti-
mientos. El Oporto supo hacerlo,
los monegascos no. Por tercera
vez en su historia se quedan a las
puertas de la Copa de Europa.
Morientes, sin suerte
El gol de Carlos Alberto logró
abrir el puente del éxito para los
portugueses que, tras ganar el año
pasado la UEFA, suman su segun-
da 'copa de las grandes orejas'. Cla-
ro que para que llegara esa posibi-
lidad, el dios del fútbol, el mismo
que tanta ayuda le había dado al
Mónaco a lo largo del torneo, le
dio la espalda. La lesión de Ludo-
vic Giuly les rompió (21'). Didier
Deschamps había logrado sor-
prender a Mourinho colocando al
menudo jugador, que tiene apala-
brado el Barça, de '9' aunque se
equivó centrando al interior zur-
do Rothen. El Oporto, que espera-
ba a Giuly de cuarto centrocampis-
ta o de segunda punta junto a Mo-
rientes, acusó la sorpresa. La velo-
cidad de Giuly sacó de zona a Jor-
ge Costa y Vítor Baía debió arre-
glar en entuerto jugando de libre.
Al Oporto se le abrió el cielo
cuando el cuarto árbitro mostró el
'8' de Giuly y su puesto lo ocupaba
el verdugo del Depor, el croata Pr-
so. Los dos expertos centrales del
Oporto respiraron tranquilos. Pr-
so era un goleador peligroso pero
más fácil de frenar en carrera. El
ataque francés fue estático y el
Oporto empezó a tocar y tocar, co-
mo le gusta, esperando su oportu-
nidad. Y el gol llegó cerca del des-
canso. Carlos Alberto controló un
centro de Paulo Ferreira y remató
suave y colocado a la escuadra.
Era la peor
pesadilla para
Deschamps,
que preparó la
final a concien-
cia y colocó a
Zikos sobre De-
co en un mar-
caje zonal.
Que marcaran
primero los lu-
sos no entraba
en los planes
monegascos.
Jugar contra
el Oporto al
ataque, dejan-
do espacios pa-
ra el contrata-
que, es poco
menos que un
suicidio. El 2-0
de Deco y el 3-0
de Alenichev lo confirmó.
La segunda parte fue una conti-
nuación de la batalla táctica de la
primera, con dos equipos que se-
guían más pendientes de evitar
errores en defensa, de perder balo-
nes que en buscar el gol. De hecho,
el Oporto marcó en su única oca-
sión clara en la primera mitad.
Los portugueses se equivocaron
en querer hacerlo bonito y no con
su habitual estilo serio. El Móna-
co lo agradeció y se fue al ataque.
Mourinho rectificó. Cambió a
Carlos Alberto y dio entrada a Ale-
nichev para asegurar el medio
campo. Des-
champs se la ju-
gó y sacó a Cis-
sé (quizá el me-
jor de su equipo
con Rodríguez)
para dar entra-
da al goleador
Nonda. Jugó
con Morientes,
Prso y Nonda
juntos, lo que
no mejoró su pe-
ligrosidad sal-
vo en escasas ju-
gadas de estra-
tegia. Por con-
tra, entregó el
centro del cam-
po y el Oporto
jugó a placer.
La afición del
Oporto acabó el
partido con gritos d e "¡olé, olé!" y
contra el seleccionador Scolari
por no convocar a Baía. En la gra-
da Arthur Jorge (el técnico del 87)
o Paulo Futre tragaron saliva emo-
cionados. El Oporto es campeón
de Europa otra vez, la gran Taça
va el estadio del Dragao con todo
merecimiento L51816
EN LA FINAL DE
LA CHAMPIONS
GELSENKIRCHEN
Oporto, rey de Europa 17 años después
con goles geniales de Carlos Alberto y Deco
LA FINAL DE LA CHAMPIONS
MD
CAMPEÓN
POR TALENTO
El Mónaco pagó su inexperiencia en
finales y la rápida lesión sufrida por Giuly
Deco sentenció con un 2-0 magistral F: REUTERS