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MUNDO DEPORTIVO Lunes 7 de febrero de 2005
BARÇA 5
como si el brasileño no quisiese
estropear el día del 'Niño'.
20 años tiene Torres, los mis-
mos que Maxi López, quien ayer
vivió sus primeros minutos con la
camiseta blaugrana. El delantero
argentino recibió una ovación
cuando pisó el césped en sustitu-
ción de Oleguer. Se había converti-
do en la esperanza de la afición. Le
gusta que le llamen el 'tanque' por
la agresividad futbolística que
conlleva el apodo. Su melena ru-
bia también ayuda a verle como
un guerrero
del área. Salió
con ganas, pe-
ro el Barça ya
no carburaba.
Todo eran pri-
sas. Apenas to-
có cuatro o
cinco balones,
todos de espal-
das a porte-
ría, intentando defender el esféri-
co con su envergadura. Peleó por
alto, pero no llegó a ningún balón.
Maxi López no guardará un buen
recuerdo deportivo de su emotivo
debut.
Y lo que son las cosas. Fernando
Torres, que había llegado al Camp
Nou entre aplausos, se marchó a
Madrid abroncado. Él abrió el par-
tido con un gol y lo cerró con otro
tras provocar un discutido penalti
de Víctor Valdés. Su teatral caída
en el área encrespó los ánimos de
los aficionados, dolidos definitiva-
mente con quien ya veían con la
camiseta blaugrana. El 'Niño' se
fue feliz. Había hecho su trabajo.
Para el Atlético, claro.
La semana en la que Torres des-
vió la atención acabó muy mal pa-
ra el Barça. Con el Madrid a sólo
cuatro puntos antes de visitar en
La Romareda al Zaragoza de Víc-
tor Muñoz, un técnico que conoce
al Barça como nadie. Lo demostró
la temporada pasada eliminando
en cuartos de final de la Copa del
Rey al equipo de Frank Rijkaard.
Precisamente hace unos días, el 22
de enero, se cumplió un año desde
aquella derrota 0-1 ante el equipo
aragonés, con gol de David Villa
de penalti. El Barça no había per-
dido en el Camp Nou desde enton-
ces. Hasta ayer.
Laporta, Rosell y... Perea
Pero no es el momento de caer en
el pesimismo. Ha sido la semana
de Torres, pero también la del
'buen rollo' entre Joan Laporta y
Sandro Rosell. Ayer se fundieron
en sendos abrazos antes y después
del partido, demostración pública
de que la paz ha vuelto al club. Y
esa es la base para pensar en éxi-
tos. La derrota ante el Atlético de-
be quedar como un accidente. El
presidente del Barça lo tiene cla-
ro. ?Ahora estoy convencido de
que vamos a ganar la Liga. Son
cuatro puntos de ventaja que pue-
den parecer pocos, pero ya los fir-
marían otros equipos?, se escuchó
hablar a Laporta en el palco tras el
partido con sus allegados. No era
una frase para la galería. Se le veía
seguro de sí mismo, como a Rosell,
que lamentó el penalti fallado. Por
cierto, ambos destacaron a un ju-
gador del Atlético que ayer impre-
sionó en el Camp Nou. No, no sólo
alabaron a Torres. Hablaban del
central colombiano Luis Amaran-
to Perea, un auténtico portento fí-
sico. ¿Se lo imaginan formando un
centro de la defensa con Carles
Puyol? L51816
OPI
E
l día antes Frank Rijkaard no
alzó la voz (porque gritar no
va con él) pero habló muy claro.
Rijkaard estaba muy molesto con
la filtración del supuesto interés
del Barça por Fernando Torres.
Bienvenido al Barça, Frank. Tras
una temporada y media, por fin
se habrá dado cuenta de que
aquí, en este club, tenemos una
increíble capacidad innata para
buscar problemas donde no los
hay e, incluso, para crearlos
cuando las cosas van bien. La
semana pasada empezó con la
foto de la reconciliación entre
Laporta y Rosell y acabó con las
declaraciones de amor de
Fernando Torres hacia los colores
azulgranas. Es decir que, a lo
largo de la semana, las estrellas
mediáticas, los cracks de teles,
radios y periódicos, no fueron ni
Eto'o ni Ronaldinho ni Deco ni
siquiera Albertini, sino que
fueron dos directivos y un
jugador del equipo rival. Aquí
estábamos acostumbrados a eso
cuando las cosas iban mal. Desde
la directiva o desde los entornos
se lanzaban cortinas de humo en
forma de futuros fichajes para
olvidar un mal partido o una
pésima temporada. Lo que nos
viene de nuevo es que eso ocurra
cuando el equipo funciona a las
mil maravillas y el ambiente del
vestuario sea más plácido que
una comedia de Emilio Aragón.Y
después de todo eso nos
sorprendemos de que llegue el
partido y Torres marque un gol
en el primer minuto, de que
Ronaldinho falle un penalti y de
que Torres, de nuevo él, lo meta.
No todo se paga con dinero.
Como todo el mundo, los
jugadores necesitan su porcentaje
de cariño. Es el plus
imprescindible que deben poner
la afición y la directiva si
queremos celebrar un título.
Parece, sin embargo, que
seguimos instalados en el
masoquismo. No tenemos
remedio, Frank.
Es lo de siempre L51816
Lo de
siempre
Llegó al Camp Nou
entre aplausos y al
final se ganó pitos
Pitu Abril
Periodista